MORRISSEY: UN ACTIVISMO OBSESIVO QUE HA SOBREPASADO TODOS LOS LíMITES

Destaca por su franqueza. Por no tener pelos en la lengua a la hora de defender firmemente sus convicciones. Pero, quizá, algunas veces, hubiera sido mejor tener la boca cerrada. Sobre todo cuando su activismo en pro de los derechos de los animales le ha llevado a decir barbaridades. “Puedo oler a carne quemada y espero por Dios que sea humana’. Estas fueron las célebres – y desafortunadas - palabras de Morrissey aquel 17 de Abril de 2009 durante su actuación en el Festival de Coachella. En otra ocasión declaró: “No veo diferencia entre comer animales y la pedofilia". Y cuando una torera mexicana sufrió una grave cogida, se alegró: “Me sentí complacido al ver a la asesina en serie corneada justamente”. Contra el famoso chef británico Jamie Oliver se ha despachado a gusto: "Si está tan convencido de que la carne es tan sabrosa ¿Por qué no mete a uno de sus hijos en el microondas?".

El rechazo al consumo de carne de Morrissey le viene de la infancia. Su madre era vegetariana y su influencia fue clave para que él también lo fuera a los 11 años. Ya el segundo álbum de The Smiths, 'Meat is murder’ (1985), era toda una declaración de intenciones. El cantante inglés llegó a prohibir al resto de la banda que les fotografiaran comiendo carne. Ya entonces, empezó a promover el vegetarianismo, tanto en los shows como en las entrevistas. Una vez convenció a un programa de televisión escocés para que emitiera imágenes de mataderos durante la hora de la cena. Por cierto, que el álbum se convirtió en el primer nº1 de la banda en UK e impulsó a innumerables fans a hacerse vegetarianos.

Puede que Morrissey sea el vegetariano más abiertamente activo de todos los tiempos. Nunca deja pasar la oportunidad de pronunciarse en defensa de los derechos de los animales. Y para ello utiliza el don de la controversia o su habilidad para hacer de sus manifestaciones titulares estridentes. Eso es lo que pasó el 17 de Abril de 2009 en el famoso Festival Coachella californiano. El que ha pasado a la historia no porque Paul McCartney, The Killers o The Cure fueran cabezas de cartel, que también. Lo que más destacaron los medios fue lo que hizo y dijo Morrissey.

El artista inglés había arrancado el concierto con el clásico de los Smiths ‘This charming man’, el primero de los hits de su antigua banda que tocó esa noche. En el escenario, como telón de fondo, había una gran fotografía en blanco y negro de un marinero con el torso desnudo fumando un puro, con la palabra ‘Degeneración’ escrita en el pecho. En un momento de la actuación dijo, "Puedo oler a carne quemada y espero por Dios que sea humana”.  Lo que estaba oliendo, lo que flotaba en el aire, era la carne a la parrilla procedente los puestos cercanos.  Aunque empezó a cantar 'Some girls are bigger than others', terminó marchándose del escenario.

Regresó poco después diciendo, “El olor a animales quemados me pone enfermo. Es que no lo puedo soportar".  Y siguió tocando hasta que culminó la actuación. El caso es que esa repulsión por la carne - que roza lo enfermizo - ha sido una constante en sus shows. Una petición de obligado cumplimiento para los organizadores de eventos que quieran a Morrissey en sus carteles es la prohibición de los puestos de carne. Y si no acceden, no hay concierto, como ocurrió en 2015 en la capital finlandesa de Reykjavik. “Me encanta Islandia y he esperado mucho tiempo para volver, pero cancelo el show por su sed de sangre caníbal”, dijo en The Clinic. Lo habitual es que sí se cumpla su requisito. Y entonces, incluye en su repertorio el clásico ‘Meat is murder’. Es el momento en el que, en la gran pantalla del escenario, se pueden ver imágenes de mataderos de animales. Y al final una pregunta: “¿Cuál es tu excusa ahora?”.

Morrissey es conocido por su crítica a la prensa musical británica, a su realeza, a sus políticos… y a la gente que come carne. Muchas veces exterioriza comentarios ofensivos e hirientes que van más allá de la respetable defensa de los derechos de los animales. Con el famoso chef británico Jamie Oliver se pasó de la raya. En 2014, durante un chat online que mantuvo con sus fans, y que publicó Fox News, llegó a decir: "Si Jamie Orrible está tan convencido de que la carne es tan sabrosa, entonces ¿por qué no mete a uno de sus hijos en el microondas?". Ese mismo año, declaró en la revista irlandesa Hot Press: “Jamie Oliver debería ser gaseado. Sería de gran ayuda que la Princesa Ana le gasera”. Y añadió, “Ha asesinado a más animales que McDonalds”.

Morrissey culpó a Beyoncé de la extinción de los rinocerontes. En un concierto en Los Ángeles dijo: “El rinoceronte esta ahora más o menos extinguido, y no es por el calentamiento global o por la reducción de sus hábitats. Es por los bolsos de Beyoncé”. Solo era uno más de sus comentarios deliberadamente provocativos. Aunque esto no es nada comparado con lo que dijo cuando le preguntaron por qué se había hecho vegetariano. Fue en ese mismo chat publicado por Fox. "No veo la diferencia entre comer animales y la pedofilia", replicó. "Ambas cosas son violación, violencia, asesinato".

Obviamente, en su crítica a la tauromaquia se ha empleado a fondo. Y hasta publicó en 2014 una canción llamada ‘The bullfighter dies’ (El torero muere) en la que dice, “¡Hurra, hurra!/ El torero muere/ Y nadie llora / Porque todos queremos que el toro sobreviva". Incluso se alegró cuando la torera mexicana Karla de los Ángeles sufrió una fuerte cornada:  "Me sentí complacido al ver a la asesina en serie corneada justamente mientras luchaba con su indefenso oponente". En una entrevista con El Mundo declaró: "Cuando los toreros son heridos por el toro me siento muy feliz. Y si éste les mata, pienso para mis adentros, 'Bien, justicia al fin'”. En un concierto que ofreció en Madrid, en 2008, hizo con la mano la forma de una pistola y dijo, “Matador, ¡bang bang!”.

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