VIVIR CON TOC: 'HABíA DEJADO DE BESAR, TENER SEXO, CANTAR EN VIVO, DE CAMINAR SOLA Y MANEJAR'

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Vivir con TOC: 'Había dejado de besar, tener sexo, cantar en vivo, de caminar sola y manejar'

Aunque reconoce que su trastorno será una parte constante de su vida, ha logrado adaptarse a él y transformar sus vivencias en una fuente de inspiración para su creatividad y empatía.

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El trastorno obsesivo compulsivo (TOC) puede transformar por completo la vida de una persona, como lo relata Ro Vitale, psicóloga, cantante y escritora.

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Durante años, esta condición la mantuvo atrapada en una rutina llena de miedos y ansiedad. “Fue casi de un momento a otro. Toda la escenografía de mi cotidiano se trastocó y mis espacios se volvieron casi inhabitables. Los objetos, las personas y las superficies empezaron a sentirse malvadas o contaminadas”, expresó.

A pesar de ser consciente de que estos pensamientos no tenían sentido, el pánico era abrumador. “Me daba mucha tristeza verme a mí misma tan constreñida, acurrucada y limitada. Veía a las personas alrededor caminar despreocupadas... estiraba el brazo, pero nunca llegaba a tocar esa libertad”, añadió Vitale.

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Una vida marcada por el TOC

Antes de recibir el diagnóstico, Ro ya enfrentaba síntomas que interferían en su día a día, aunque no eran tan intensos. “Tenía etapas de mucha hipocondría, temores de contaminación y preocupaciones obsesivas por distintas cuestiones. Pero estas manifestaciones estaban más bien acopladas a la idea que teníamos sobre mi personalidad”.

Todo cambió en 2009, justo cuando ganó un Premio Gardel, momento en el que sus síntomas se intensificaron drásticamente. “Yo creo que algo de eso rebasó mi sistema... Lidiar autogestivamente con mi carrera en ese contexto también era una fuente inagotable de estrés”.

El impacto en su vida fue devastador. Llegó al punto en que no podía salir de su casa por miedo a una contaminación radiactiva. “Podía pasar horas con sed extrema mirando una botella de agua que me resultaba 'contaminada' a la que no podía tocar. Había donado gran parte de mi ropa, no podía usar casi nada, lavaba la ropa a mano con desinfectante compasivamente”. Las compulsiones afectaron cada aspecto de su vida diaria. “Me llevaba un banquito a las fiestas familiares para no contactar con los objetos ajenos y poder sentarme”.

El costo de vivir con TOC

Los síntomas del TOC tuvieron un gran impacto en su carrera. Dejó de presentarse en vivo y perdió el contacto con su audiencia. "En una época ya no podía tocar en vivo porque la aterraba tener que contactar con la gente". La pandemia solo empeoró la situación, alejándola aún más de las oportunidades laborales y sociales.

Sin embargo, Ro también reconoce cómo algunos aspectos de su TOC influyeron en su creatividad. “El TOC es mucho más que los síntomas... Mis particulares modos de hacer música y de conectar con el público también tienen que ver con el TOC”.

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Las limitaciones impuestas por el TOC

Durante este período, Ro dejó de realizar muchas actividades cotidianas. “Había dejado de besar, de abrazar, de tener sexo, de salir, de cantar en vivo, de caminar sola y de manejar”. La gravedad de sus síntomas la llevó a buscar ayuda profesional.

Tras un diagnóstico de Trastorno Obsesivo Compulsivo Severo, comenzó un tratamiento que combinaba terapia cognitivo-conductual con un enfoque específico llamado EPR (Exposición con prevención de la respuesta). “Consiste, básicamente, en ir acercándose gradual y sistemáticamente a lo temido, con la guía de un terapeuta, y no realizar compulsiones”.

Una vida en recuperación

En 2015, Ro publicó su libro TOCada, escrito en los momentos más difíciles de su lucha contra el TOC. “Lo empecé a escribir sin saberlo sentada en el borde de la bañera cuando los síntomas me tenían acorralada. Luego, cuando comencé el tratamiento, escribía desde la perplejidad y la tristeza, pero también con el alivio de saber que no estaba sola”.

Ahora, como psicóloga, acompaña a otras personas con TOC, lo que le permite ofrecer un apoyo único. “Nadie mejor que alguien con TOC para acompañar terapéuticamente a otra persona con TOC”.

A pesar de que el TOC sigue siendo parte de su vida, Ro ha hecho importantes avances. “Volví a reunirme con amigos, a comer afuera, volví a habitar mi casa, a usar ropa que me gusta”. Aunque admite que el TOC siempre estará presente, ha aprendido a convivir con él y a convertir sus experiencias en un motor para su creatividad y empatía.

ALEJANDRO GORENSTEIN

La Nación (Argentina) / GDA

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*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de La Nación, y contó con la revisión de un periodista y un editor.

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