FESTIVAL VALLENATO: ¿QUé COMíAN LOS JUGLARES Y CUáLES SON LOS PLATOS INFALTABLES EN UNA PARRANDA?

Documental especial

Festival vallenato: ¿qué comían los juglares y cuáles son los platos infaltables en una parranda?

Cuarto capítulo de la serie documental 'Vallenato, un canto contado' de EL TIEMPO.

David Alejandro López Bermúdez

En una de las calles que colindan con la emblemática plaza Alfonso López de Valledupar, donde se inaugura este miércoles el Festival de la Leyenda Vallenata, un hombre conversa con estudiantes de una sede universitaria. Se encuentra casi a diario con ellos porque vende comida. “Coman bueno que eso les da fuerza”, les dice. Y enseguida se pone a tararear una canción: “Pero luego vino el abandono y con él llegó la carestía, después de botar la carne, el pollo, la yuca con sal se la comía”.

Es un verso de Yuca con sal del maestro Iván Villazón —el homenajeado este año en el festival vallenato— con el acordeonero Iván Zuleta, que cuenta la historia de un hombre que se enamoró de una mujer con dinero, pero fue abandonado.

(Vea: 'Vallenato, un canto contado': viaje al origen y corazón del Festival de la Leyenda Vallenata)

Hay una particularidad que se repite en varios de los vallenatos más exitosos: las referencias a la gastronomía. Por ejemplo, en algunas de las interpretaciones de Diomedes, el cacique de la Junta, lo usa para insertar a la gente en contextos precisos de situaciones que quiere enarbolar, como en esta estrofa de Mi Muchacho, que le compuso a su hijo Rafael Santos.

Se ponía triste al verme llorar Y me daba un pedazo de panela Y entraba en discusión con mi vieja Porque la pobre le reclamaba

Pero la comida no solo ha servido para contar historias a través de la música, sino ha sido una de las fuentes de energía importantes para versear. Bien lo diría el escritor Tomás Darío Gutiérrez, "con un sancocho, se canta mejor".

Y así ha sido. El llamado sancocho vallenato ha sido uno de los platos insignia de emblemáticas parrandas vallenatas. "La sopa era un insumo para que los invitados resistieran. Una buena preparación los hacía durar días enteros", detalla Lelia Luz, viuda de Carlos Huertas, el cantor de Fonseca. En palabras de Luis Sierra, el mejor amigo de Diomedes, "si una parranda vallenata no tiene una olla dando vueltas al lado, no es parranda".

En la historia de infancia y formación de los grandes juglares y cantantes, la cocina fue predominante. Un buen chivo, sancocho, fritos con suero y yuca eran infaltables. Gloria Díaz, hermana del cacique, cuenta que a Diomedes le gustaba el arroz con fideos y que su madre, 'mamá Vila' les preparaba arepa con guiso de chivo.

En este cuarto capítulo de ‘Vallenato, un canto contado’, serie documental de EL TIEMPO, se hace un viaje por lo más exquisito de la gastronomía vallenata, desde las preparaciones de fritos, sancochos, arroces hasta las más dulces frutas en Cesar y La Guajira.

(Tercer capítulo: Festival vallenato: la magia de una parranda, la exaltación de la amistad de los juglares)

¿Qué es 'Vallenato, un canto contado'?

El Festival de la Leyenda Vallenata, que este año llega a su versión número 57 con el homenaje al maestro Iván Villazón, va mucho más allá de ser un encuentro de fiestas y parrandas.

Aunque sí hay bastante de eso, necio sería negarlo, el festival viene a ser hoy la expresión final de una historia centenaria que se fue tejiendo con el tiempo; un cúmulo de expresiones, encuentros, historias, anécdotas y luchas de un pueblo que se sobrepuso a la adversidad.

(Segundo capítulo: la mística de los juglares, los grandes contadores de historias del norte de Colombia)

El vallenato, como bien lo señalan varios de los expertos que acompañan este especial periodístico, es un canto a la tierra, a la mujer, a la amistad, a las costumbres, a la vida en su máxima expresión; es un canto contado, al decir del folclorista Alfonso Cortés Marroquín, la savia que ha nutrido a toda una estirpe de hombres y mujeres a quienes EL TIEMPO rinde un merecido homenaje.

Durante varias semanas, un equipo de periodistas y productores de esta casa editorial se sumergió en las entrañas de esa vasta región del Caribe colombiano, que componen los departamentos de La Guajira, Cesar y Magdalena, en donde para bien del país echó raíces el vallenato; recorrieron sus caminos, hablaron con sus gentes, saborearon sus comidas, acompañaron amaneceres y atardeceres, escucharon a los poetas y se conmovieron con la armoniosa vivacidad de la caja, la guacharaca y el acordeón.

(Primer capítulo: la tierra, el origen de la cultura vallenata)

Fruto de ese trabajo, EL TIEMPO presenta 'Vallenato, un canto contado', una serie documental de 7 capítulos que exalta el principal baluarte del pueblo vallenato de cara a su festival, pero sobre todo, pretende irradiar y contagiar a aquellos que se aprestan a asistir a su fiesta y a los que estarán ausentes de ella, para que este patrimonio inmaterial de la humanidad siga latiendo como las notas de un acordeón, "ese fuelle nostálgico, amargamente humano y que tiene tanto de animal triste", según sentenció Gabriel García Márquez.

¿Dónde ver la serie documental sobre vallenato en Colombia?

Desde el 23 de abril, en las plataformas de EL TIEMPO y en nuestro canal de YouTube, usted podrá encontrar los capítulos de 'Vallenato, un canto contado'. En total, son 7 capítulos: la tierra, los juglares, la parranda, la gastronomía, las mujeres, el homenajeado Iván Villazón y el festival vallenato.

REDACCIÓN EL TIEMPO

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David Alejandro López Bermúdez

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